Vivimos rodeados de pantallas: móviles, tablets, televisión, ordenadores… y, como es natural, los niños también muestran interés por ellas desde muy pequeños. Aunque la tecnología puede ofrecer beneficios si se usa adecuadamente, también conlleva riesgos cuando se abusa o se introduce demasiado pronto. En La Casa del Peque te ofrecemos una guía clara y respetuosa para entender cuándo, cuánto y cómo usar las pantallas en la infancia temprana, sin caer en extremos ni sentirte culpable.


Recomendaciones generales sobre el uso de pantallas en niños pequeños

🔸 De 0 a 2 años

  • Recomendación: evitar pantallas completamente (excepto videollamadas con familiares).

  • En esta etapa el cerebro necesita movimiento, contacto físico y experiencias reales. Las pantallas no aportan lo que el desarrollo necesita.

🔸 De 2 a 5 años

  • Máximo recomendado: una hora diaria, preferiblemente con supervisión adulta y contenido de calidad.

  • Es clave priorizar el juego libre, la interacción social y el tiempo al aire libre.

🎯 La clave no es solo “cuánto”, sino “cómo” y “para qué” se usan.


Riesgos del uso excesivo de pantallas en la infancia

  • Retrasos en el lenguaje y la atención.

  • Alteraciones del sueño.

  • Irritabilidad, frustración o adicción a la estimulación rápida.

  • Falta de interés por el juego físico o simbólico.

  • Menor tolerancia a la frustración y menos creatividad.


Señales de alerta de sobreexposición

  • El niño se muestra ansioso, irritable o dependiente de la pantalla.

  • Pierde interés por juegos, cuentos o interacción con personas.

  • Se enfada mucho cuando se le retira el dispositivo.

  • Dificultades para concentrarse o entretenerse solo.


Cómo usar las pantallas con responsabilidad y equilibrio

1. Elige bien el momento y el tipo de contenido

  • Evita las pantallas en las comidas y antes de dormir.

  • Escoge contenidos lentos, sin violencia ni sobreestimulación.

  • Apuesta por apps o vídeos educativos, tranquilos y visualmente respetuosos.

2. Acompaña siempre que sea posible

  • Comenta lo que está viendo, haz preguntas, relaciona con su entorno.

  • Así conviertes un momento pasivo en una experiencia compartida.

3. Sé su modelo

  • Los niños aprenden por imitación. Si ven que estás siempre con el móvil, lo querrán también.

  • Intenta establecer “momentos sin pantallas” para toda la familia.

4. Prioriza el tiempo de calidad sin pantallas

  • Juego libre, cuentos, paseos, música, construcciones, cocina juntos…

  • No necesitas grandes planes, solo presencia real y disponibilidad emocional.

5. Pon límites claros pero flexibles

  • No hace falta ser rígido, pero sí coherente. Por ejemplo: “Después de merendar, puedes ver un capítulo de tu serie favorita, y luego jugamos”.


Pantallas como recurso, no como refugio

Usar la pantalla como “apaga rabietas” puede calmar de forma momentánea, pero no enseña al niño a autorregularse. Si siempre recurrimos a ellas cuando hay aburrimiento, tristeza o frustración, estaremos bloqueando una parte muy valiosa de su desarrollo emocional.


Conclusión

No se trata de demonizar las pantallas, ni de sentirse mal por usarlas en momentos puntuales. Se trata de ser conscientes de su impacto y decidir cómo queremos que formen parte de la vida familiar. En La Casa del Peque, creemos que el equilibrio es posible cuando confiamos más en el poder del juego, del vínculo y de las experiencias reales que en cualquier pantalla. Y, sobre todo, cuando acompañamos a nuestros hijos con mirada presente, incluso en el mundo digital.