Los niños de hoy ya no vienen con un pan debajo del brazo, ¡vienen con un teléfono móvil! Ver las nuevas generaciones no nos hace recordar la manera en la que nosotros jugábamos cuando éramos pequeños y recordar aquellos juguetes de nuestra infancia que nos evocan recuerdos inolvidables.
¿Qué diferencia hay entre los juguetes antiguos y los modernos?
Se podría decir que las similitudes son casi inexistentes. Mientras que nosotros estuvimos rodeados de juguetes que propiciaban la interactuación con otros, como los juegos de mesa, ¡incluso los video juegos del pasado era necesario luchar contra otro!
¿Quién no recuerda los Pin y Pon, LEGO, Playmobil o los Tente? Aunque algunos de ellos aún existen a día de hoy, su número de adeptos ha disminuido en gran manera por la llegada de la tecnología. Y es que la complejidad y sofisticación de esta ha anulado, tal vez inconscientemente, la necesidad innata de los niños de relacionarse con sus congéneres.
Y aun así, son muchos los niños que se aburren tras pasar horas frente a un video juego o una pantalla de Tablet u ordenador. Porque no se puede ir en contracorriente, ¡necesitamos relacionarnos con otros!
Las nuevas tecnologías tienden a aislarnos, ya que los fuera de los videojuegos, los juguetes de hoy tienden a estar fabricados para que el niño se sienta protagonista y juegue con ellos de forma individual sin necesidad de nadie más. Y aunque son mucho más complejo, requieren un menor esfuerzo por parte del niño y, a la vez, los convierte en adictos y esto les provoca estados de ansiedad.
Se trata de competir con el propio juguete, lo cual propicia la violencia y la agresividad.
¿No se supone que jugar es un modo de entretenimiento que debe relajar y no alterar?
Nosotros tenemos claro lo que recordamos de nuestra infancia, pero, ¿qué recordarán tus hijos? ¿Y los hijos de tus hijos? No queremos decir que los juguetes de hoy sean malos ni mucho menos, pero sí es cierto que a nivel social y cognitivo tienen muchas menos ventajas que los de antes.
Aunque podemos pensar que los juguetes no tienen importancia, hay muchos adultos que aún guardan con cariño los de su niñez. Y es que ellos son los constructores de nuestra infancia, y en parte, de nuestra personalidad y desarrollo.
Hoy, los juguetes deberían seguir siendo un símbolo y escenario de socialización, pero estos se han convertido es aislante, confinando a los pequeños a quedarse en casa, ya sea con la familia o incluso en soledad. No es de extrañar que muchos jóvenes se suman en una depresión. No estamos hechos para estar solos, ¡motiva a tus hijos a relacionarse!