Como ya os adelantábamos en otros artículos, las tardes de juegos de mesa pueden ser una fantástica opción para disfrutar estas fechas navideñas con los más pequeños de la casa. En esta ocasión os traemos recomendados algunos juegos que pueden potenciar la atención focal, la memoria, la imaginación y estimular a los más pequeños de una manera divertida, amena y entretenida. Estas son solo algunas ideas entre las muchísimas opciones que podemos elegir, pero pueden servir de inspiración para el tipo de juego que más nos entusiasme, por lo que os traemos juegos de varias tipologías.

¿Cómo podemos fomentar la imaginación de los niños?

El primero de ellos es Emoticapsules, un juego educativo que es perfecto para enseñar a los más peques a identificar sus emociones. La inteligencia emocional tan necesaria para la vida actual puede trabajarse desde el espacio lúdico y de manera transversal. La esencia del juego se basa en identificar cada emoción y expresar de una manera asertiva los estados de ánimo para poder gestionar cada uno de ellos: Las seis cápsulas de las emociones básicas sirve de repositorio para los jugadores, que deben meter en cada una de las cápsulas los objetos que relacionan con cada emoción explicando el por qué.

Para la estimulación de la memoria, también podemos jugar a juegos como el Lince, que ya tiene un tiempo y que muchos adultos recordarán con nostalgia pero que sigue vigente por la diversión que ofrece y el entretenimiento que supone jugarlo. Lince se basa en coger fichas y buscar la imagen del tablero que coincida con ella, y quien consiga tener más fichas ganará, por lo que ayuda a la estimulación de la agudeza visual, los reflejos y la velocidad de respuesta ante un estímulo.

Del mismo tipo también podemos seleccionar el Dobble, un juego muy entretenido y de novedosa creación que consiste en encontrar el objeto que se repite en la carta, de manera que obtendremos otra carta o nos descartaremos, según el modo en el que estemos jugando ya que tiene varias opciones. Durante toda la partida tenemos que mantener la atención para buscar los objetos, por lo que esto estimulará la concentración y de nuevo la agudeza visual.

Por otra parte, también son muy interesantes los juegos de rapidez que combinan percepción y formas, como el Jungle Speed, que consiste en descartarse de cartas de diferentes formas y cuando dos de ellas coinciden, se produce un “reto” entre los participantes, que deben batallar por coger un tótem de madera situado en el centro. En este aspecto, combina la estimulación de la percepción de las formas, su discriminación y la conexión mano-cerebro tan importante en el desarrollo madurativo de los niños.

Por último, también señalamos como potencialmente educativos los juegos de tipo territorial como el Carcassonne o el Catán, que tratan de generar una historia donde los personajes tienen que expandirse y conseguir más territorios, por lo que cada jugador debe preparar una estrategia. Esto pone a prueba la creatividad, la astucia y la capacidad de organizar mentalmente los movimientos con anticipación para demostrar quién se hará finalmente con el poder.

Como veis, se trata de actividades perfectas para desarrollar nuevas habilidades en los más pequeños a la vez que pasamos una jornada de entretenimiento.