En La Casa del Peque sabemos que esta etapa es… mágica. Intensa. Tierna. Caótica, a veces. Y preciosa, siempre. A los 2 y 3 años el mundo se abre como un libro nuevo, lleno de páginas por descubrir. Y tú estás ahí, sosteniendo la mano de tu peque mientras dais juntos los primeros pasos hacia juegos que despiertan su curiosidad.

Hoy te compartimos un montón de actividades para hacer con niños de 2 a 3 años, pensadas para que aprendan jugando, se diviertan sin complicaciones y tú disfrutes también del proceso. Vamos por partes.

¿Qué necesitan los peques de 2 a 3 años para aprender y divertirse?

Hitos del desarrollo a esta edad

Entre los 2 y los 3 años tu peque vive un torbellino de cambios. De repente trepa, corre, te imita hasta un punto que da un poco de risa, junta varias palabras, quiere hacerlo “yo solito” y se maravilla con cualquier cosa. En ocasiones, algo tan simple como una cucharita que suena al caer parece el descubrimiento del año. Y sí, es normal.

A esta edad los hitos más comunes incluyen el desarrollo del vocabulario, una mayor autonomía motriz y un interés creciente por explorar. También aparece la famosa etapa del “no”, que aunque a veces nos pone a prueba, es clave para su identidad. Por lo tanto, las actividades que elijas deben acompañar ese deseo de experimentar, moverse y participar en el mundo como un pequeño gran explorador.

Cómo elegir actividades adecuadas según sus habilidades

Elegir actividades es como preparar un menú. Necesitas variedad, un toque de creatividad y algo de sentido común. Curiosamente, no hace falta complicarse demasiado. Los peques disfrutan con propuestas simples pero significativas: mover cosas, apilar, ver colores, escuchar sonidos, imitar tus gestos.

Además conviene observar su nivel de energía y su humor del día. Hay momentos para saltar y momentos para leer en silencio. Y aunque a veces queramos que dure más… cada actividad tiene su propio ritmo. Si pierden interés rápido, no pasa nada. Vuelta a empezar, que la infancia es así de cambiante.

Juegos y actividades sensoriales para estimular sus sentidos

Bandejas sensoriales caseras

Las bandejas sensoriales son un clásico que nunca falla. Basta un recipiente, unos cuantos ingredientes cotidianos y un toque de imaginación. Puedes usar arroz coloreado, legumbres, pompones, tapones o cualquier material seguro.

Lo bonito de estas bandejas es que ayudan a tu peque a explorar texturas, colores y sonidos mientras desarrolla la motricidad fina. Por ejemplo, puedes preparar una bandeja temática del otoño con hojas secas, piñas pequeñas y un cucharón. O una versión marina con arroz azul, conchas y figuritas de peces.

Y si tienes un mal día, pues nada, una bandeja sensorial salva la tarde, créenos.

Actividades con agua, arena y texturas

El agua y la arena son pura magia. Algo tienen que atrapan a cualquier peque. Una palangana con agua, unos vasos de plástico y cucharas, y ya tienes un mini laboratorio sensorial. Añade esponjas, juguetes que flotan, colorante alimentario o incluso hielo.

Con la arena ocurre lo mismo: pueden verter, enterrar, descubrir. Si no tienes playa cerca, una bandeja con arena cinética funciona de maravilla. Y si te animas, combina materiales: espuma de afeitar, gelatina, telas… Lo importante es permitir que toquen y experimenten sin prisas.

Propuestas de psicomotricidad para fomentar el movimiento

Circuitos motrices en casa

A veces pensamos que para que se muevan hace falta mucho espacio, pero no. Con cojines, sillas, cajas y una cuerda en el suelo puedes montar un pequeño circuito motriz. Saltar, pasar por debajo, caminar sobre una línea imaginaria…

Cada elemento del circuito ayuda a tu peque a tomar conciencia de su cuerpo. Además, puedes variar la dificultad según su edad o estado de ánimo. En ocasiones basta con añadir una música divertida para que la actividad se convierta en una mini competición contigo, o en un baile improvisado.

Juegos para mejorar el equilibrio y la coordinación

Los juegos de equilibrio son maravillosos para esta etapa. Caminar sobre un camino de cintas adhesivas pegadas al suelo, transportar objetos en una bandeja, mantenerse sobre un cojín inestable. Todo vale.

Puedes jugar a “el suelo es lava”, colocar bloques para que den pequeños pasos o usar pelotas blandas para practicar lanzamientos y recepciones. Y por cierto, no pasa nada si fallan, de hecho es parte del aprendizaje. Como era de esperar, la repetición mejora muchísimo la coordinación.

Ideas creativas y manualidades fáciles para hacer con ellos

Pintura y experimentación artística

La pintura es, simplemente, libertad. Puedes probar con pinceles, esponjas, rodillos, dedos o incluso cochecitos que dejan huella. La creatividad se dispara cuando les ofrecemos colores vivos y permitimos que mezclen, manchen y descubran.

Una idea divertida: pegar folios en una pared baja y dejar que pinten en vertical, algo que favorece su postura. También puedes crear un mural familiar donde cada semana añadáis un dibujo. No hace falta que quede perfecto, ni mucho menos… la imperfección tiene encanto.

Manualidades con materiales reciclados

Los materiales reciclados son un tesoro escondido. Rollos de papel, cajas, tapones, bandejas de huevos. Todo puede transformarse. Podéis crear animales, coches, instrumentos caseros o mini casitas.

Además de ser ecológicas, estas manualidades fomentan la resolución de problemas, la paciencia y la imaginación. A veces una simple caja se convierte en un avión. Y, curiosamente, a ellos les fascina más que cualquier juguete caro.

Actividades de lenguaje y comunicación para potenciar su vocabulario

Juegos de imitación y narración

A esta edad, la imitación es oro. Jugar a las cocinitas, cuidar muñecos, hacer de médicos o fingir que vais a la compra. Esos juegos simbólicos les ayudan a ampliar vocabulario y comprender rutinas sociales.

También podéis inventar historias cortas. Empieza tú con una frase y deja que tu peque complete lo que pueda. Aunque diga palabras “medio inventadas”, sirven igual. Lo importante es crear un hilo narrativo que les haga sentir parte de un juego compartido.

Canciones y cuentos interactivos

Las canciones son un puente directo hacia el lenguaje. Puedes cantar clásicos infantiles, inventar rimas o acompañar la música con gestos. Si tienes vergüenza cantando, pues nada, ellos no juzgan.

Los cuentos interactivos también son una herramienta fantástica. Libros con solapas, texturas o sonidos. Puedes hacer pausas y pedirle que complete una palabra, busque un animal o imite un sonido. Este tipo de intercambio les encanta.

Juegos tranquilos para momentos de calma

Propuestas Montessori para favorecer la autonomía

Las actividades inspiradas en Montessori suelen ser sencillas pero profundas. Verter agua de un vaso a otro, clasificar objetos por colores, abrir y cerrar cajas, colocar pinzas en el borde de una cesta.

Lo bonito es que les da una sensación de autonomía. De capacidad. Y aunque en ocasiones derramen agua o mezclen los colores, la idea es que participen en la vida cotidiana. Incluso recoger puede convertirse en un juego si ponemos música suave.

Rompecabezas y actividades de concentración

Los puzzles sencillos, las encajables de madera, las figuras geométricas y los juegos de clasificar son ideales para trabajar la atención. Además, estos juegos promueven la paciencia, una cualidad que, admitámoslo, en esta etapa va y viene.

Puedes sentarte con tu peque y resolver juntos un encajable, dejar pequeños retos como encontrar la pieza amarilla, o simplemente observar cómo lo intenta. La concentración, curiosamente, se contagia.

Actividades al aire libre para explorar el entorno

Miniaventuras en el parque

El parque es un universo en sí mismo. Toboganes, columpios, piedras, hojas, bancos… Puedes proponer pequeñas misiones: buscar tres hojas distintas, correr hasta el árbol grande, encontrar algo de color rojo.

Estas miniaventuras refuerzan su autonomía y les ayudan a moverse con confianza. Y si hay otros niños, aparecen juegos espontáneos que siempre sorprenden.

Juegos de observación en la naturaleza

Salir a pasear es una oportunidad perfecta para observar el mundo. Mirar hormigas, escuchar pajaritos, recoger palos y clasificarlos por tamaño. En ocasiones el paseo se enlentece, sí, porque cada detalle es fascinante. Pero merece la pena.

Incluso en la ciudad hay tesoros naturales: flores en una maceta, sombras que cambian, charcos que reflejan el cielo. Todo puede ser un juego si lo miramos con ojos curiosos.

Consejos para organizar una rutina de actividades equilibrada

Duración ideal de cada propuesta

La atención en esta etapa es corta. Muy corta. Por lo tanto, una actividad puede durar cinco minutos o quince… depende del día. No hace falta forzar. Mejor sesiones breves pero repetidas a lo largo de la semana.

Además, alternar actividades activas y calmadas ayuda a mantener el equilibrio emocional. Un poquito de movimiento, algo de arte, un ratito de cuento. Y así sucesivamente.

Cómo adaptar las actividades según el interés del niño

El interés es tu brújula. Si ves que tu peque se ilumina con algo, aprovéchalo. Y si algo no funciona, cambia de rumbo. No tiene sentido insistir cuando la motivación no acompaña.

Puedes ajustar la dificultad, añadir elementos nuevos o incluso simplificar. Cada niño tiene su ritmo y sus gustos. Y, curiosamente, cambian cada semana.

Materiales recomendados y recursos útiles para padres

Materiales básicos para preparar actividades en casa

En La Casa del Peque solemos recomendar tener a mano: bandejas, pinceles gruesos, plastilina, pompones, bloques de madera, cuentos resistentes, recipientes transparentes, arena cinética, esponjas, cintas de colores y algunas herramientas sensoriales.

Con estos básicos ya puedes montar un sinfín de propuestas sin complicarte. Además, se guardan rápido… bueno, casi siempre.

Recursos online y libros recomendados

Existen blogs y canales con ideas sencillas y educativas, además de libros sobre crianza respetuosa, actividades por edades y desarrollo infantil. Nos encanta recomendar títulos con ilustraciones bonitas y lenguaje cercano. También hay canciones infantiles y cuentos narrados en plataformas digitales que pueden complementar vuestro día a día.

Si algo queremos transmitirte desde La Casa del Peque es que, más allá de la actividad perfecta, lo realmente valioso es el tiempo compartido, la mirada atenta y el acompañamiento cariñoso. Eso sí que deja huella.

Y ahora sí. A jugar. A descubrir. A disfrutar de esta etapa que pasa volando.