Cuando hablamos de pantallas incluimos a los televisores, tabletas, móviles u ordenadores. Actualmente tenemos un montón de dispositivos electrónicos en casa y es prácticamente imposible conseguir que nuestros hijos no dispongan de ellos. Pero, ¿son tan perjudiciales? Vamos a analizarlo desde la tranquilidad.
La importancia de mantener a los niños lejos de las pantallas
Teniendo en cuenta que un niño tiene que dormir entre nueve y doce horas, dependiendo de su edad, y va a la escuela otras tantas, en las horas que quedan libres hay que hacer hueco para su higiene personal, la comida, actividad física, deberes, tiempo en familia y diversión. Así que el tiempo de pantallas debería estar siempre supeditado al resto de tareas y obligaciones, nunca quitando horas a las mismas.
La Academia Americana de Pediatría se ha ido actualizando sobre este tema, sacando su última guía en el año 2016, y anima a los padres e hijos a promover hábitos saludables de consumo mediático desde pequeños. La recomendación es crear un Plan de uso mediático, personalizado para cada familia, y que este sea compartido con los cuidadores (en el caso de que los niños estén al cuidado de más personas), y enfatizar que ese es el plan a seguir para vuestra familia.
Recomendaciones de horas de exposición de niños a pantallas
- 0-2 años: Nada de pantallas, ni un rato. Los bebés no deben interactuar con el móvil ni con ningún otro dispositivo tecnológico hasta los dos años. Y a partir de esa edad y hasta los cinco, cuanto menos accedan, mejor.
- 2-5 años: entre media hora y una hora al día.
- 7-12 años: una hora supervisada con un adulto. Nunca en horas de comida.
- 12-15: una hora y media. Poner especial cuidado al uso de las redes sociales.
- + de 16 años: dos horas de acceso. Los dormitorios no deben de tener pantallas.
Recomendaciones para padres
- Cree zonas libres de tecnología: es muy importante mantener las comidas en familia y otras reuniones sociales, así como los dormitorios de los niños, libres de pantallas. Tampoco es recomendable tener ruido de fondo de la televisión si no la está viendo, pues interfiere con el tiempo que pasa con sus hijos. Es útil recargar los dispositivos durante la noche fuera de las habitaciones, para así alejarles la tentación de usarlos. Estos hábitos fomentan el tiempo en familia y mantienen los hábitos de alimentación y sueño más saludables.
- No utilice la tecnología como un pacificador emocional: los medios digitales pueden resultar eficaces para mantener a los niños distraídos y callados, pero no es bueno que esta sea la única manera que utilicen para calmarse. Se les debe enseñar a los niños a identificar y controlar las emociones, pensar actividades para controlar el aburrimiento, calmarse usando técnicas de respiración y encontrar otras estrategias para canalizar las emociones, pasando por el diálogo y la expresión.
- La importancia de la ciudadanía digital: es muy importante hablar con los más jóvenes de la educación y los buenos modales cuando se usan los medios de comunicación, así como también de los riesgos que estos tienen. Hablar de las consecuencias del acoso cibernético y qué hacer cuando se es víctima o se conoce a alguien que esté sufriéndola.